MÓDULO 3, SESIÓN 19. ENTRE LO REGIONAL Y LO NACIONAL: TENSIONES, RECONFIGURACIONES E IDENTIDADES. Las peleas de gallos en la ciudad de Aguascalientes, siglos XVIII-XX. Vicente Agustín Esparza Jiménez. FECHA LÍMITE DE ENTREGA MIÉRCOLES 7 DE FEBRERO A LAS 23:59 hrs.
PREGUNTA: ¿Las peleas de gallos en México se pueden considerar patrimonio cultural inmaterial, sí o no y por qué?
Equipo 1
ResponderEliminarLas peleas de gallos son un tema complejo con argumentos a favor y en contra de su reconocimiento como patrimonio cultural inmaterial. La decisión final dependerá de la sociedad mexicana y del balance que se haga entre la tradición, la cultura y el bienestar animal. Es importante tener en cuenta que la discusión sobre este tema está abierta y en constante evolución.
Al tratarse de una práctica arraigada en México desde la época colonial, las peleas de gallos forman parte de la cultura popular, transmitiendo conocimientos y valores como la valentía. Además, generan una industria que beneficia a criadores, artesanos y comunidades. Desde la mirada de la historia cultural puede considerarse patrimonio inmaterial que está presente en el colectivo de determinados espacios como en Aguascalientes, donde se hace evidente la representación de gallo desde los grabados de José Guadalupe Posadas, la constante réplica de “El gallero” de Saturnino Herrán, en pinturas, esculturas, e incluso gráficas más actuales creando un sentido de pertenencia.
Estas alegorías van adoptando diferentes interpretaciones, que generan una identidad regional en diferentes espacios que va desde lo culinario hasta el cine. Por otra parte el argot político retoma los simbolismos de "El Gallo", refiriéndose a la persona con “destapa”, o "mi gallo" refiriendo a la persona que desde su perspectiva cuenta con mayor carisma.
Sin embargo, la crueldad hacia los animales es un argumento contundente en su contra. El sufrimiento y la muerte de los gallos en estas peleas generan una fuerte disyuntiva ética. Asimismo, la ilegalidad en la mayoría de los estados mexicanos dificulta su reconocimiento como patrimonio cultural, mientras que la postura de la UNESCO la excluye de esta categoría.
Encontrar un equilibrio entre la tradición y el respeto por la vida animal es crucial. Se podrían explorar alternativas como peleas simuladas o la crianza y exhibición de gallos para preservar la tradición sin crueldad. La decisión final sobre el futuro de las peleas de gallos en México recae en la sociedad. Un debate público que valore la importancia de la tradición frente al bienestar animal es fundamental para tomar una decisión informada. Este debe considerar las diferentes perspectivas, incluyendo la de las comunidades que practican esta tradición, las organizaciones de defensa animal y los expertos en cultura e historia. Solo así se podrá encontrar una solución que respete la cultura y la ética.
En la elaboración de esta respuesta participaron:
Beatriz Adriana Lazcano Sánchez adrianalazcano1911@gmail.com
Aideé Tapia Chávez aideetapiach@gmail.com
Alejandro Sevilla Galvan alejandrosevilla.hist.tv@gmail.com
Alicia Muñoz Vega munozalicia480@gmail.com
Ana Claudia Islas Román cliovirtual@gmail.com
Si bien se reconoce argumentos de identidad, tradición, cultura popular, patrimonio, la discusión no debe centrarse en el bienestar animal, pues es obvio que genera muerte, más a diferencia de las corridas de toros, no hay intervención humana en la pelea más que en la excitación de los gallos e imponerle navajas. Pensar en forma no violentas de esta práctica sería llevar a los gallos de pelea (diferentes razas) a la extinción, pues no tendría caso su crianza. Por lo demás, estoy de acuerdo en la en encontrar el equilibrio en la tradición y respeto animal, que nos llevaría a evitar trampas y mañas para que un gallo gane a otro previo acuerdo de los galleros. Como se señaló, faltarían más investigaciones sobre esta práctica en México para conocer sus signos y significados que la sociedad le ha dado a través del tiempo y claro, el tema está abierto a debate. Gracias por el diálogo.
EliminarRespuesta elaborada por: Miguel Ángel Rodríguez Lozada, Mónica Liliana Rojas Arellanes.
ResponderEliminarComo el ponente argumentaba en su presentación, se trata de un tema delicado, con muchas aristas y muy debatible. Comienza hablando de la importancia: política, social, económica-comercial, y cultural que se les atribuyen a los gallos en México. Con esta premisa realiza su investigación en torno a ello y va a los orígenes, tomando como referencia Aguascalientes y su feria de San Marcos, como máxime exponente en nuestro país siendo el gallo un elemento iconográfico muy presente. Sin lugar a duda, desde el periodo novohispano esta práctica está documentada en varias latitudes de la Nueva España, perdurando a pesar de diversas dificultades durante el siglo XIX, generando una reglamentación a seguir en las peleas, hasta llegar al siglo XX, donde se generaliza y se consolida todo el enramado cultural de los gallos y/o peleas de gallos; pasamos por alto lo que conlleva dicha práctica.
Si bien, es algo normalizado, y el mismo ponente argumenta que actualmente todo lleva un estricto orden de normatividad, respecto a la crianza, higiene, cuidado de los animales y formalización durante los eventos; no se deben pasar por alto que en la mayoría de los casos no siguen dichas pautas, priorizando obtener el mejor beneficio económico. Casi siempre se rigen por las especificaciones de los mismos dueños de las granjas, de los palenques y patrocinadores. Siendo un caldo de cultivo favorable para realizar apuestas excesivas, (donde el lavado de dinero o la extorsión puede pasar desapercibido), precios de entradas que no todos se pueden costear, fiestas ligadas al narcotráfico, a políticos etc., alimentando este discurso de ver al gallo o a quienes practican la pelea de gallos como símbolos de poder masculino. Donde se lucra con la vida de un animal, que va a terminar siendo muerto y desechado sin más, ya que; será sustituido por otro ejemplar.
Por ello no debería ser patrimonio cultural inmaterial, ya que se sigue lucrando con vidas de animales en el que solo importan por su valor económico. En estos tiempos tan vertiginosos se teme que esta tradición pierda el impacto que ha gozado desde la colonia, pero gracias a los registros y trabajos que cuentan los académicos en coordinación con la sociedad, podemos entablar diálogos que lleven a comprender y replantearnos aspectos de nuestra cultura; retomarlos a partir de otras perspectivas.
Empiezo por el final, la cultura no se hace en un escritorio o en un foro de debate, la cultura es parte de nuestras costumbres y tradiciones, lo que identifica al lugar y a los hombres que lo practican, en este caso las peleas de gallos. Aunque sí tienen razón porque existe un ente que, de acuerdo a leyes, tratados y una serie de especificaciones nos dice que puede considerarse patrimonio cultural y que no, en este caso la UNESCO. ¿Entiendo cuando explican que la economía o el lucro es lo que mueve esta práctica, yo preguntaría que no? Vivimos y estamos insertos en un mundo capitalista. Analizando otras prácticas culturales como el día de muertos que sí está inscrito como patrimonio cultural, desde los años 40’s del siglo pasado en que los gobiernos tomaron la celebración para buscar el folklore e identidad nacional, la fiesta se ha desvirtuado y en mucho de los casos se ha mal informado, pues a todas luces es parte de la cultura cristiana europea lo que celebramos. Eso sería tema para otro debate, pero lo quiero poner en este punto para señalar que no tiene porque un organismo decirnos que es parte de nuestra cultura y que no lo es, claro que también comprendo que el reconocimiento de esta institución trae beneficios a los Estados que lo detentan. Por otro lado, como el patrimonio y cultura está sujeto a leyes los jueces llevan el sartén por el mango aunque muchas de las veces no estén informados. Por lo demás, estoy de acuerdo con el diálogo y opinión informada, sin duda el tema está abierto al debate. Gracias por el diálogo.
EliminarEQUIPO 10 (Mariana Alzaga Fernández; Ma. Teresa Vega Morales; Maricarmen Pérez Mendoza
ResponderEliminarMaricruz Piza López; Mario Alberto Serrano Avelar; Martha Elena Alfaro Castro; Martha Monzón Flores )
Las peleas de gallos sí son parte de una cultura inmaterial. Responden a una construcción cultural desarrollada a lo largo del tiempo en la que se han configurado elementos de identidad, pertenencia, localismo y que al mismo tiempo detonan características de desarrollo económico y social.
El dilema que se le cruza es la violencia que tienen implícitas todas las peleas, la idea de una muerte cruenta necesaria como parte de un divertimento. Sin embargo también hay una etología que debe de tomarse en cuenta, en el caso en cuestión, la natural disposición de los gallos por pelearse, por la dominación de una parvada.
Como cultura inmaterial, el aporte histórico me parece más relevante que el antropológico en el sentido de la exposición: que han tenido una larga cadena de momentos en diversas etapas de la historia de México y particularmente en algunas regiones del país. Esa duración le ha permitido sortear los debates morales y afianzarlo como una forma muy particular, pero muy intensa según lo visto, de la historia y cultura del occidente de México.
Creo que el patrimonio cultural lo debe definir el arraigo, la tradición, la identidad de determinada práctica en un espacio social habitado, no pude significar y representar lo mismo en Aguascalientes que en Baja California Sur. La cultura y el patrimonio es tan diferente en cada región y localidad como lo hay muchos México, creo que la riqueza cultural la debemos buscar en esa heterogeneidad y diversidad del país que somos, no se puede englobar en términos legales para todo un país lo que es representativo de una región, por eso se debe reconoce las diferencias y particularidades que es lo que está mostrando este seminario. Gracias por el diálogo.
EliminarEquipo 2. Carlos Arcos Vázquez, Berenice Reyes Herrera, Arturo Toribio Vásquez
ResponderEliminarCarlos Alfredo Hernández Guillén
Por sus amplias implicaciones culturales a lo largo de la historia, la pelea de gallos en México, desde luego, puede considerarse como patrimonio cultural inmaterial. Es decir, las peleas de gallos nos dicen mucho de las diversiones públicas en las ciudades, de los valores morales, las pautas de conducta y, en consecuencia, de una visión del mundo y de una identidad social de actores específicos en contextos concretos. Más allá del mero espectáculo crudo, en las peleas de gallos puede observarse cómo y qué espacios utilizaba la gente para divertirse, qué estratos sociales tenían acceso a estas diversiones públicas y de qué manera, cómo reaccionaban las autoridades ante ellas, quiénes las promovían y cuáles eran sus beneficios, qué representaciones simbólicas estaban implícitas y, aún más, qué circunstancias económicas y políticas favorecieron el desarrollo de las peleas de gallos. Entonces, el estudio de las diversiones públicas puede mostrarnos cómo cambiaron los grupos sociales sus modos de vida, sus representaciones, y, por consiguiente, su visión del mundo en el transcurso del tiempo.
El Diplomado busca reconocer que en México hay muchas historias y cada una tiene su particularidad dependiendo la región y la localidad, no en todos los casos se debe considerar patrimonio, porque no en todos lo estados del país se práctica con la misma intensidad y representa lo mismo, por eso se debe buscar el diálogo informado y llegar a un consenso, más allá del bienestar animal y reconocer que sí existe violencia, pero estoy de acuerdo que debemos escudriñar en los símbolos y sus significados la cultura y el patrimonio de esta práctica que por costumbre o tradición prevalece hasta nuestros días. Gracias por el diálogo.
EliminarMónica Samantha Amezcua García
ResponderEliminarLas peleas de gallos se pueden considerar patrimonio cultural, tanto material como inmaterial. El primero se puede analizar a través de las representaciones que se han creado sobre dicha diversión, mientras que las segunda, a partir de endoculturación de esta acción. A través del análisis de las peleas de gallos se pueden conocer las transformaciones que ha tenido en la historia, pero también sus implicaciones sociales, políticas y económicas.
Pese a que podría considerarse patrimonio cultural, se tiene que recordar que las tradiciones pueden ser modificadas o incluso eliminadas, por lo que el ser una tradición no cambia la idea de una posible eliminación de ella, sobre todo si se matan dichos animales en nombre de la "cultura" y la diversión.
En efecto, la inmaterialidad como práctica y símbolo se podría considerar, pero insisto, no en todas las regiones o localidades, pues no todos comparten el gusto por ellas y no en todos los casos comparten el mismo significado, el problema creo está en si con la argumentación de la violencia, el maltrato animal, los problemas sociales que se pueden generar son suficientes para prohibir esta práctica, entonces, el conocimiento de ellas quedaría solamente en productos como libros, manifestaciones artísticas y en museos, como la representación que tiene de esta práctica el Museo Caracol que representa una escena de peleas de gallos en San Agustín de las Cuevas en el siglo XIX. Gracias por el diálogo.
EliminarEquipo 9
ResponderEliminarJosé Leopoldo Lira López (leonlira88@gmail.com)
Luis Manuel Gamboa Sáenz (chaackik@gmail.com)
Manuel de Jesús Chanona Pascacio (chanonam9@gmail.com)
María Fernanda Villanueva Córdova (maria.villanueva.cordova@gmail.com)
En la actualidad es complejo responder a esta pregunta, ya que hay distintos puntos de vista, es decir, nos enfrentamos no solo a una cuestión historiográfica, sino que también detrás hay un dilema ético, político y social que permea de forma importante este tipo de prácticas.
Las peleas de gallos en México se pueden considerar patrimonio cultural inmaterial, ya que el éxito de esta actividad se vive, entre muchas cosas, a que se amolde, a nuestra cultura en tal grado que ahora forma parte de nuestros signos de identidad. La importancia de las peleas de gallos no radica únicamente en el aspecto cultural. Existen otros elementos que se deben de tener en cuenta. Lo económico, social, religioso y pedagógico. Todos ellos convergen y dan vida a una actividad cargada de significados y elementos que es importante rescatar y valorar. El patrimonio es una prueba evidente de la existencia de vínculos con el pasado. El patrimonio alimenta siempre en el ser humano una sensación de confort, de continuidad en el tiempo y de identificación con determinada tradición.
Valdría la pena comenzar con la siguiente pregunta: ¿qué entendemos por patrimonio cultural inmaterial? ¿Qué se puede rescatar de una pelea de gallos? ¿Existen seres humanos y vivos que son afectados directa o indirectamente? La respuesta es sí. Los gallos son criados para tener un fin, y ese fin es manipularlos para la muerte, ¿el fin justifica los medios? Luego, detrás de estos encuentros, pensando únicamente en los estados en donde es legal llevar a cabo una pelea de gallos, hay muchísimos intereses políticos y económicos. Si bien es cierto que la economía de la población de Aguascalientes (tomando este referente) tiene un impacto importante la pelea de gallos, no se puede negar que también hay prácticas un tanto ilegales dentro de la “legalidad”. Con esto quiero decir que el crimen organizado y figuras políticas se llevan parte importante de las ganancias de las peleas de gallos.
¿Podemos decir entonces que las peleas de gallos las podemos considerar como patrimonio cultural inmaterial si detrás hay violencia, crimen organizado y dinero ilegal? ¿De verdad queremos preservar eso? ¿O es que acaso justificamos dichas prácticas como “cultura” para ponerle un nombre a la tremenda cantidad de dinero que se mueve a partir de animales y personas que lucran con seres vivos?
Considero que se puede considerar en ciertas regiones donde estas actividades tienen una larga historia y tradición, es importante aclarar que últimamente la historia y las tradiciones se están reconstruyendo, pero diversos sectores y grupos familiares aún subsisten de dicha labor, esta perspectiva no es universalmente aceptada y existe una considerable controversia al respecto.
La convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO define el patrimonio cultural inmaterial como las prácticas, representaciones, expresiones, conocimientos, y habilidades de las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconocen como parte de su patrimonio cultural. Esto incluye tradiciones y expresiones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relacionados con la naturaleza y el universo, y los conocimientos y técnicas vinculados al artesano tradicional. Considero que las peleas de gallo dependería de factores como la legislación local, la percepción pública y la valoración de esta práctica dentro de la comunidad. En algunas áreas de México, las peleas son celebradas como eventos importantes que atraen multitudes y son parte de fiestas y festividades. Sin embargo, en términos legales y oficiales, este reconocimiento puede variar.
El dilema no debe ser político, ni ético, si acaso social, pero como mera comprensión de nuestro presente, en la historia no se juzga y esta práctica cultural, es decir como cultura, no se debe medir por políticas culturales, son los pueblos, quienes las practican y les dan un significado, las peleas de gallos forman parte de sus gustos, intereses y necesidades y su practica ha sido transmitida de generación en generación por lo que se vuelve costumbre. Si las prohibimos se perderían de la faz de la tierra u originaría que la diversión se volviera furtiva. Concuerdo que además del aspecto cultural debemos ver otros rubros como el religioso particularmente, ya que este tipo de espectáculos se desarrolla dentro de un contexto festivo católico. Lo que está a debate más allá de su práctica o no, de la violencia que pueda generar, así como la sangre que se derrame, es que una ley dictada por un juez o magistrado no puede determinar si se considera o no como patrimonio cultural. Debe existir un diálogo, debate de las ideas para reconocer los límites y alcances de lo que se debe considerar como patrimonio cultural inmaterial. Asimismo, más allá de si la ganancia es de unos cuantos ya sean políticos o personas fuera de la ley, la vista la estamos poniendo solamente sobre el bosque en general, pero dentro de él se encuentran pequeños galleros, cuidadores, amarradores, veterinarios, procesadores de alimentos que nada tienen que ver con los primeros, así que el dialogo tiene que ser más amplio. Por lo demás, así como no se puede prohibir en general en todo México sin conocer lo que significan y simbolizan en algunas regiones, tampoco se puede considerar patrimonio cultural inmaterial para todo México, donde ya no son costumbre por diferentes circunstancias, entonces, debemos replantear como bien señalan, desde la legislaturas locales y no desde los tribunales federales como ha sucedido en algunos casos como en Veracruz, en donde un tribunal federal declaró que no se deberían considerar patrimonio cultural inmaterial. Así, la ley queda al libre albedrío del juez que en su concepción puede considerarse maltrato animal y lo mismo puede decir de la charrería, porque a la res y yegua bronca, se le tira, jala, monta, se le somete a estrés, es decir, hay una cuerda muy floja en lo que se debe considerar maltrato animal, por lo demás, recordemos que la charrería sí forma parte del patrimonio cultural inmaterial mundial reconocida por la UNESCO desde 2016. Gracias por el Diálogo, me llevo reflexiones para generar un debate más plural.
EliminarEn términos concretos de lo definido por la UNESCO, las peleas de gallos cumplen con varios de sus criterios para que dicha actividad se considere como una muestra de patrimonio cultural inmaterial. Como se puso a discusión en la ponencia de Esparza Jiménez, el caso que alude a la ciudad de Aguascalientes reúne las pautas de experiencia histórica, tradición heredada, práctica contemporánea, multiespacialidad, visos de cohesión y producción de comunidad para aspirar a ese reconocimiento. Sin embargo, el problema de fondo radica no sólo en un asunto de cumplimiento de parámetros, sino en una preocupación relacionada con los derechos de los animales que a su vez apela a temas éticos y morales para atomizar la opinión pública, adepta y especializada. La equitación española, la charrería mexicana y los caballos del vino son algunos ejemplos de una práctica cultural en donde el animal se sujeta a la voluntad del ser humano sin que ello implique atentar conscientemente contra la existencia del primero, y lo contrario sucede con los rituales de sangre. Tal parece, y ya se ha observado en diferentes casos, este tipo de prácticas encuentran mejor debate en la escala de lo local y lo regional (lugares directos de la experiencia), y es en ese ámbito en donde, por ejemplo, se ha resuelto —no sin enfrentar contradicciones— un reconocimiento acotado de la tauromaquia como bien de interés cultural en algunos lugares de España. En el caso de México y de las peleas de gallos se advierte que, al margen de una opinión personal en contra, es legítima su aspiración a denominarse como legado cultural inmaterial pero no de una forma general o nacional, sino confrontando los argumentos a favor y en contra en donde se desarrollen estos eventos, es decir, atendiendo el pulso de las dinámicas locales y regionales.
ResponderEliminarConcuerdo contigo, pero lo que me preocupa es que si bien es cierto que legalmente se reconozca el derecho a los animales y lo que es el maltrato animal, que casi es para perros y gatos o animales domésticos, su rechazo o aceptación no debe estar en la opinión pública manipulable, es decir, todos podemos opinar, pero no toda opinión puede ser válida si no es informada. En la charrería, aunque no hay sangre existe el maltrato animal hecha por un humano, lo mismo en las corridas de toros donde además hay sangre, lo mismo en las peleas de gallos donde la intervención humana se limita a la excitación y en colocar las navajas para que la muerte sea más rápida si no se les coloca. Si es o no patrimonio casi todos los que están tomando el diplomado concuerdan incluyéndote que debe existir un debate más serio sobre esta práctica y su consideración como patrimonio cultural inmaterial, no debe ser visto en conjunto en México para que así sea considerado, sino por regiones y localidades, así como la historia misma. Gracias por el diálogo.
Eliminar
ResponderEliminarEquipo #13
-María del Rosario Velázquez Armentia (rosariovelazquez072@gmail.com)
-Samantha Pérez Adame (samantha.p.adame@gmail.com)
-Sandra Luz Martínez Fausto (arte.luz.sl@gmail.com)
Wendy Ibarra Ramírez (ramirezwen173@gmail.com)
Las peleas de gallos en México han sido consideradas como parte del patrimonio cultural inmaterial, en virtud de su arraigo en la sociedad y su papel en la identidad cultural. Según la definición de la UNESCO, el patrimonio cultural inmaterial abarca expresiones vivas heredadas de generaciones pasadas y transmitidas a futuras generaciones a través de diversos medios, incluidos rituales, tradiciones orales y prácticas sociales. En el caso de las peleas de gallos, se observa que esta actividad ha perdurado en la memoria histórica y colectiva de la sociedad, contribuyendo a un sentido de continuidad con el pasado y a la definición de la identidad cultural en ciertas regiones, como en Aguascalientes.
El argumento a favor de considerar las peleas de gallos como patrimonio cultural inmaterial se basa en su arraigo en la cultura mexicana y su participación en festividades y tradiciones locales. Además, se destaca el aspecto económico que estas prácticas generan, como en el caso mencionado de Aguascalientes, donde las peleas de gallos son una fuente de ingresos significativa y un elemento arraigado en la identidad regional.
Sin embargo, es crucial señalar que esta consideración está condicionada al cumplimiento de ciertos criterios, como la legalidad y el respeto a la legislación local y nacional. Se subraya la importancia de que estas prácticas se desarrollen en un marco legal y ético, evitando su vinculación con actividades ilegales, como la participación del crimen organizado o la explotación animal.
Efectivamente ya varios han mencionado que concuerdo con lo que señala la UNESCO para que se puedan declarar patrimonio cultural inmaterial. Independientemente de quien las maneje, son legales las que se desarrollan en palenques porque existe un permiso otorgado por una autoridad y son las mismas autoridades ya sean locales o federales quienes mediante un decreto las ha considerado a nivel local como patrimonio aunque hay sus excepciones, desde hace un par de años en la que ya las legislaturas no pueden considerarlas de esta forma sino un juez federal, por lo que la interpretación de patrimonio cultural inmaterial queda a su libre albedrío como autoridad, por eso si bien es cierto que ley protege derechos culturales también existe el otro lado de la moneda, pues puede no considerarla sin tener un debate serio entre las partes involucradas. Gracias por el diálogo.
EliminarSESIÓN 19
ResponderEliminarEquipo 8
Juan Carlos Morales Soto (jcms3008@gmail.com)
PREGUNTA: ¿Las peleas de gallos en México se pueden considerar patrimonio cultural inmaterial, sí o no y por qué?
Así como los seres humanos hacen su propia historia, así también los seres humanos “hacen su propia cultura”, y es que la cultura se construye a partir de tradiciones, símbolos, mitos, lenguajes, héroes y argumentos y que son elementos que los identifican y que los dotan de identidad. Cada pueblo, cada región está determinada por elementos particulares que los representa entre sí. Desde la colonia y hasta nuestros días, ha existido y prevalecido, en México, la lidia de gallos. La lidia de gallos está relacionada con lo mexicano y con las festividades que le dan autenticidad y reconocimiento internacional, pero también con lo económico, lo social, lo religioso y pedagógico. Las peleas de gallos son parte del patrimonio cultural inmaterial porque ha sobrevivido al paso del tiempo, es una de las prácticas que nos vincula con el pasado y contienen un significado para nuestra sociedad. Muestra parte del pasado regional y nacional y del proceso de conformación de nuestro país. Las peleas de gallos son un vínculo histórico inmaterial que ha perdurado por generaciones, son testigo permanente de otra civilización, además de ser una actividad que promueve el turismo y la recreación.
En todo tienes razón y concuerdan todos más o menos en lo mismo, pero creo que se debe profundizar, conocer los simbolismos y significados de las peleas de plumíferos en cada región o localidad de México, pues no todos comparten los mismo códigos o valores, gustos, intereses y aspiraciones. Por eso el debate debe seguir abierto para llegar a una mejor comprensión de la cultura mexicana, tan vasta como el país mismo, y sólo lo lograremos reconociendo, entendiendo, valorando y siendo tolerantes a todas las manifestaciones culturales, no nada más en el caso de las peleas de gallos, sino en las corridas de toros, jaripeos, charreadas y charlotadas, para hablar de casos donde interviene el animal y el hombre. Gracias por el diálogo.
EliminarEquipo 4
ResponderEliminarElena González
Edgar Solana
Dulce Celestino
La UNESCO define como patrimonio cultural inmaterial como aquellas expresiones, tradiciones, prácticas que se transmiten de generación en generación, que son identitarias de una comunidad. Identificar alguna expresión o practica como patrimonio cultural depende de la propia comunidad. Las peleas de gallos, si bien una práctica ancestral ¿es identitaria para Aguascalientes? ¿les evoca su herencia, su pasado?, ¿es transmitida de generación en generación?, ¿gustan de ellas?, ¿las resignifican?, las ¿revaloran y las re-crean?, ¿cuál es la referencia a nivel nacional?, ¿para otras comunidades son importantes?; estas y otras preguntas deben valorarse para responder a ¿las peleas son patrimonio cultural inmaterial?.
Al involucrar animales se debe considerar el marco normativo, no sólo que les signifique algo a la comunidad, que sea parte de su devenir sino que también respete la ley, la dignidad animal.
Esta última parte es debatible, el patrimonio cultural inmaterial, es patrimonio vivo, por tanto es cambiante, lo que ayer nos parecía relevante o a la comunidad le significaba identidad y eran prácticas que pasaban entre las generaciones familiares que las re-crean, para otros puede ser que hayan perdido su puesto en la memoria colectiva y en el contexto actual, legal y de conciencia sobre la vida animal, podría considerar que las peleas de gallos fueron patrimonio cultural inmaterial y ahora es más una memoria histórica o una actividad económica; que han perdido su vigencia como práctica cultural.
Las peleas de gallos son parte de una cadena económica en la actualidad, puede ser una practica cultural de algunos segmentos de la población, pero no es patrimonio cultural inmaterial porque no es parte de una identidad colectiva actual.
Precisamente no tiene porque verse México y su cultura como un todo, la misma festividad del día de muertos tiene sus diferencias regionales, lo mismo pasa con las peleas de gallos, no todos comparte el mismo significado y su expresión es diferente en el país, por eso como la historia misma deben visualizarse los alcances regionales y locales. Si bien es cierto que en varias partes de México el arraigo no es tan fuerte producto de las reformas sociales que los gobiernos han impuesto desde el siglo XVIII con las reformas ilustradas, pasando por las leyes de Reforma y ahora sobre los derechos de los animales y el maltrato animal, muchas prácticas, costumbres y tradiciones se han perdido, y no solamente en las que interviene el hombre y el animal, sino danzas y funciones religiosas, por mencionar un caso de Aguascalientes, la de San Marcos que es curiosamente el espacio donde se desarrolla la fiesta o feria de San Marcos y donde año tras año cobran interés las peleas de gallos. Por eso debe verse el tema, insisto, por regiones o localidades, no que un juez de México determine si es patrimonio o no para Aguascalientes, Yucarán, Cedral en San Luis Potosí, etcétera, por lo que se propone un debate abierto, pero con la seriedad y rigurosidad que el tema amerita, por tratarse ya de una minoría que gusta de esta práctica. Gracias por el diálogo.
EliminarEquipo 8: Jesús Octavio Ayala (co.resp30@gmail.com)
ResponderEliminarEl texto de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) señala en su artículo 2, “se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible”. Esto significa que los sacrificios humanos mesoamericanos –de existir aún- no podrían ser considerados patrimonio. La Declaración Universal de los Derechos de los Animales proclamada el 15 de octubre de 1978 por la Liga Internacional de los Derechos de los Animales no tiene carácter vinculante para los estados, puesto que no se encuentra en el corpus jurídico de la ONU, por lo tanto juridicamente no hay impedimento para considerar las peleas de gallos como patrimonio.
Según datos del INEGI en 1970 el porcentaje de habitantes en poblaciones rurales a nivel nacional era del 41%, hoy día es menor al 20%. En la vida rural, los animales domésticos estan presentes tanto como fuente de alimento, fuerza de trabajo o compañia. Si hoy día la imagen del gallo aún tiene un lugar entre nuestras representaciones mentales, cabe cuestionarse si el origen de la misma se debe a los palenques o una relación cotidiana más compleja –en la cual la riña sería solo una faceta.
Agradezco el comentario y en particular la Declaración de los derechos animales de 1978 que desconocía, pero históricamente desde el siglo XIX empezó a existir una preocupación por los animales y en Inglaterra se prohibieron las peleas de gallos, de perros y de ratas. En México también grupos liberales con el fin de transformar a la sociedad que les había tocado gobernar mediante la legislación y la prohibición trataron de reformar a la sociedad, en el caso de toros y peleas de gallos en Aguascalientes (diferencia de la ciudad de México) como se expuso, las peleas de gallos fueron prohibidas en teoría, pero bajo el disimulo de multa porque era una forma que el pobre Ayuntamiento obtenía fondos que eran invertidos en mejoras materiales y en educación. Concuerdo que hay una transición del campo a la ciudad, pero las peleas de gallos no solamente son parte de la cultura ranchera sino ya de las ciudades, lo mismo las peleas de perros que se siguen realizando de manera furtiva. Sin duda el tema está abierto al debate. Gracias por dialogar.
EliminarEQUIPO 6: Graciela Beauregard Solís, José Gustavo Vidargas Larrea,Heber Eduardo Ríos Aranda
ResponderEliminarHeilen María González López, Hugo Salgado Argueta, Ignacio Zavala Contreras
Mas allá de la controversia de considerar patrimonio inmaterial la pelea de gallos por la violencia que puede generar sobre el animal, también al mismo humano que participa en las galleras. Es necesario revisar la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural UNESCO 2003 y su definición al Patrimonio Inmaterial: "Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas – junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes– que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural"
Es la comunidad quien actúa como transmisora de los significados que se concentran con mayor contenido simbólico en los bienes culturales, al aportar estos una significativa carga material e inmaterial.
Las peleas de gallos en otras regiones del globo están vinculada al símbolo de poder en relación a la masculinidad. En el caso de México, la figura del gallo se ha relacionado con la política y el deporte, siendo un símbolo de poder y dominación representada en figuras de caricaturas de periódicos, en noticias de políticos, personajes aficionados y en logos. Las prácticas culturales de las peleas de gallos en México se manifiestan en diferentes lugares sea ferias regionales, patronales, religiosas, etc. Aguascalientes muestra una particularidad en su sentido de identidad desde un plano histórico, político, cultural, económico, social, deportivo y religioso. Particularmente en la feria de San Marcos es donde las peleas de gallo toman sentido, desde los inicios, en la época colonial, el juego promocionaba la participación de todas las clases sociales, por tanto, fue un juego popular y raras veces se podía ver gente de bien por las grandes ganancias que generaban. En el siglo XIX las peleas fueron prohibidas por medio a la ley, pero en la práctica seguían porque dejaba un buen ingreso al municipio e invertían el dinero en mejoras públicas y educación. Por tanto, al generar grandes ganancias no sufrió de las prohibiciones que fue objeto de diferentes gobiernos revolucionarios en el siglo XX, las peleas de gallos continuaron en Aguascalientes.
Se puede seguir viendo la tradición de las peleas de gallos hasta nuestros días en Aguascalientes, pero la principal razón de su permanencia es por el dinero que se genera a través de las apuestas, apasionando así a todos los grupos sociales. Esto ha promocionado a la comunidad de resguardad y preservar aquellos bienes materiales e inmateriales que representa su historia como sociedad. Con el objetivo de trasmitir de una generación a la siguiente la representación del gallo como identidad.
A través de todas las prácticas culturales en Aguascalientes, podemos ver este mecanismo de preservación y cohesión de su identidad, apuntando a un sentimiento de pertenencia a las peleas de gallos.
Esto es posible, debido a que esta práctica integra los diferentes grupos sociales, promocionando así una cierta unidad económica política en Aguascalientes.
Por tanto, las peleas de gallos deberían ser parte del patrimonio inmaterial de Aguascalientes.
Gracias por la referencia a la Convención sobre el patrimonio material, que sería tema de análisis cómo ha cambado a través del tiempo adecuándose a los nuevos contextos. También gracias por parafrasear la reseña del libro. Si sí o no puede declararse sería tema de muchos debates entre especialistas en historia cultura y patrimonio. Gracias por dialogar y sobre todo por leer.
EliminarAlma Jatziri Pineda Velázquez
ResponderEliminar¿Las peleas de gallos en México se pueden considerar patrimonio cultural inmaterial, sí o no y por qué?
Las peleas de Gallos sí pueden ser considerado patrimonio cultural inmaterial. Ya que forma parte de la cotidianidad de las comunidades y pueblos, tiene elementos culturales que la definen como propia de la cultura mexicana, dado los simbolismos que en ella se refleja, reúne elementos de dichas comunidades.
como en mi caso regional, las peleas de gallos fueron relevantes entre las relaciones sociales que entre pueblos surianos y comunidades, por causa de dichas festividades populares se realizan desde intercambios económicos, de saberes y en el caso de la revolución mexicana, intercambios de ideas subversivas, como en el caso del General Emiliano Zapata.
Zapata siendo originario de Anenecuilco Morelos, frecuentaba el municipio cercano de Tlaltizapán, dado que en este pueblo se realizaban en aquella época, festividades religiosas ligadas a la tierra. como parte de la dichas festividades se realizaban peleas de gallos, que se menciona eran del gusto de Zapata.
No solamente la imagen del gallo está presente en la política sino en el lugar o espacio de diversión, como efectivamente lo señalas y por eso mismo durante la revolución las peleas de gallos y corridas de toros fueron prohibidas en algunos casos no por los valores morales del gobernador en turno, la preocupación de la barbarie en oposición a lo civilizado, sino porque dentro de la plaza de toros o el palenque de gallos se corrían noticias sobre sediciones o se formaban a la menor provocación escándalo entre los asistentes y era perjudicial para las autoridades que no podían contener a la “bola”. En esos mismos espacios de diversión daba lugar al chisme, a las señas, en fin, a lo que se conoce como discurso oculto, que no necesariamente era abierto, es decir, no se decía públicamente y en voz alta que se estaba descontento, pero sí había señas y comportamientos que lo delataban. Gracias por dialogar.
EliminarSESIÓN 19
ResponderEliminarEQUIPO # 3
Cesar Tinajero Godoy
Cecilia Díaz Chávez
Daniela Anahí Ramírez Reyes
¿Las peleas de gallos en México se pueden considerar patrimonio cultural inmaterial, sí o no y por qué?
Sí, debido a que es y ha sido parte de la cultura y tradición de un pueblo, y que se ha efectuado desde hace siglos, independientemente de las consideraciones actuales, en términos de protección animal, si se puede considerar patrimonio cultural debido a sus características. Así mismo,es importante destacar que los gallos son parte de una cultura que ha sobrepasado las peleas y que han sido reflejadas en la política en diferentes etapas.
Es un tema complejo, ya que por una parte hay quien defiende las peleas de gallos y otros que las condenan. Desde la perspectiva de quien las defiende, se dice que es patrimonio cultural inmaterial, ya que se según la UNESCO:
“Esta comprende tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional”
(UNESCO,2023)
Desde esta perspectiva las peleas de gallos pueden ser consideradas como patrimonio cultural inmaterial, ya que es un arte del espectáculo y se lleva a cabo en actos festivos y es parte de los usos sociales.
Veo que casi la mayoría cita el significado de patrimonio cultural lo cual encaja como tradición y ritual festivo, pero en el contexto en el que estamos y los derechos a los animales, creo que sería tema abierto para el debate de las ideas y de los diferentes saberes sobre lo que implica el patrimonio cultural inmaterial, tratándose de una tradición donde la sangre y la violencia están presentes. Sin duda, se debe indagar más sobre esta práctica y en la medida que surjan más estudios comprenderemos mejor los diferentes significados que les ha dado la sociedad en cada región o localidad, pues no en todas pueden representar lo mismo más allá de la apuesta y la ganancia para ello la historia y la antropología serían un buen ejemplo para comprender nuestro pasado a través del presente. Gracias por el diálogo.
EliminarEquipo 12:
ResponderEliminarOctavio Spindola Zago ospindolazago@gmail.com
Paulina Irasema Jimenez Arreola arreolapaulina02@gmail.com
Rigoberto de Jesús Hernández Contreras rigoberto.hdezcontreras@gmail.com
Pablo Eduardo Pérez Joya pabloperezjoya@gmail.com
Las diversiones públicas están marcadas por los criterios de distinción social y la construcción cultural del gusto en cada sociedad, en una época dada, sirviendo para el entretenimiento colectivo, para cuestionar o reproducir el orden imperante y para contar con un momento de distracción de las actividades rutinarias, llenando un momento de ocio; ya sean autorizadas o clandestinas, en lugares cerrados o multitudinarios, callejeras o en espacios especialmente construidos. En el caso de juegos y actividades populares, también pueden involucrar redes empresariales y actores gubernamentales para su puesta en escena, así como participantes y audiencias. Desde el periodo colonial y hasta el México posrevolucionario, entre las diversiones públicas frecuentadas por la población estaban las comedias, las maromas y los volantines, las corridas de toros, las peleas de gallos, los juegos de naipes y dados (a los que se les sumaron aquellos más modernos, como el circo, el cosmograma y los globos aerostáticos). El patrimonio cultural es aquel conjunto de saberes, artefactos y prácticas materiales o inmateriales con los que un grupo humano representa su narrativa como comunidad y da forma a su identidad colectiva. En palabras de Esparza Jiménez, estos símbolos vinculan distintas generaciones dentro de una cultura y una memoria histórica.
Desde el siglo XVII, las peleas de gallos se popularizaron en la villa de Aguascalientes, y si bien habían sido prohibidas por la Iglesia Católica en 1260 con el Concilio de Coñác y por las autoridades virreinales en 1688, Felipe V se convenció de la imposibilidad de desterrar su práctica entre diversos estratos de la población, por lo que en 1727 concedió una Real Cédula para controlarlas y convertirlas en fuente de ingresos para la Real Hacienda. Herrera, en 1845, las prohibió en la ciudad de México (con salvedad de la feria de Tlalpan), pero Santa Anna revocó el decreto en 1847. Tanto el gobierno de Juárez (1867) como el de Díaz (1878) mantuvo la política prohibicionista, pero debido a que el arrendamiento de los asientos y el cobro de multas representaba una fuente de ingresos para las arcas municipales, el Ayuntamiento hidrocálido permitió discretamente que continuaran realizándose, bajo sus respectivas sanciones pecuniarias. Desde la realización de la Feria de San Marcos, las riñas de plumíferos han representado un atractivo interclasista, y tras el estreno de la canción "Pelea de Gallos en la Feria de San Marcos", del compositor chileno Juan Santiago Garrido en 1945, se empezó a identificar a Aguascalientes con esta diversión pública, convirtiéndose en marca identitaria de los hidrocálidos.
Si consideramos la reflexión sobre patrimonio del primer párrafo, y el recuento histórico expuesto en el segundo, es posible concluir (sin que ello implique una valoración axiológica) que las peleas de gallos forman parte de la cultura inmaterial de Aguascalientes.
Gracias por leer la reseña pero efectivamente en el marco de las diversiones públicas, éstas pueden revelar temas muchos más profundos de lo que aparentemente puede ser simplemente una actividad de ocio, pues a través de las diversiones públicas hay móviles políticos, económicos y sociales que nos pueden llevar a comprender mejor a la sociedad pretérita y actual. Las peleas de gallos en Aguascalientes es solamente un ejemplo y la verdad no existe en la historia, en la medida que surjan más estudios y se pueda comparar podremos comprender mejor los significados de esta práctica cultural por lo ya expuesto y en cuanto al patrimonio la propuesta estaría sujeta a debate por especialista y no que un juez dictamine si sí o no se pueden considerar. Gracias por Dialogar.
ResponderEliminarGracias por sus atenciones y diálogo, aprendí mucho de ustedes y copio sus comentarios, pues me abrieron los ojos en otros aspectos que no había considerado y me sirven para seguir reflexionando sobre el tema, pues llegará el día que tenga que argumentar en futuros debates sobre esta práctica cultural, siempre pensando desde la perspectiva histórica. Saludos.
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