MÓDULO 3. SESIÓN 15. ENTRE LO REGIONAL Y LO NACIONAL: TENSIONES, RECONFIGURACIONES E IDENTIDADES. DICIEMBRE 7 | REGIONES Y REBELIONES CAMPESINAS E INDÍGENAS, 1830-1870 . JOSÉ PANTOJA REYES
PREGUNTAS BASE (2):
¿Cuál es la importancia de las regiones en la historia de México en el siglo XIX?
¿Cuál fue la incidencia de los movimientos sociales (rebeliones campesinas e indígenas) en la conformación regional decimonónica?
Equipo 4
ResponderEliminarDulce Guadalupe Celestino Ortega
Edgar Solano Muñoz
Edson Elías Vargas
Elena González Colín
María Elena Ibarra Vega
Emanuel Arciniega Sánchez
¿Cuál es la importancia de las regiones en la historia de México en el siglo XIX?
La noción de región -como espacio socio/geográfico acotado- se ha consolidado como una potente herramienta de análisis en el quehacer del historiador. A partir de ella, se han podido establecer perfiles identitarios, de desarrollo socio político y material en diversos espacios de las repúblicas en las cuales vivimos.
El término nos facilita la comprensión de las dinámicas regionales al tiempo que nos permite realizar comparaciones entre diversos espacios. En cuanto a su utilidad en al análisis de la historia de México cabe indicar que nos provee del instrumental teórico metodológico necesario para construir los diversos procesos constitutivos del espacio nacional, al tiempo que facilita la compresión de las diferencias regionales casi en todos los aspectos del análisis social.
La noción de región y su aporte al desarrollo de la historia, es fundamental en el rescate y preservación de las identidades regionales, los procesos de desarrollo material y en general de los aspectos que acompañan a la formación de los grandes conglomerados humanos a lo largo de toda la república mexicana.
Es correcto, pero también nos permite comprender los procesos de conformación del Estado nacional y sus peculiaridades nacionales. Las regiones incidiran en el ritmo de la capacidad de centralización, formación de élites nacionales y conformación de economías nacionales en las que las regiones se fueron integrando, en el caso mexicano, desde finales del siglo XIX.
EliminarEquipo 12:
ResponderEliminarOctavio Spindola Zago ospindolazago@gmail.com
Pablo Eduardo Pérez Joya pabloperezjoya@gmail.com
Paulina Irasema Jimenez Arreola arreolapaulina02@gmail.com
Rigoberto de Jesús Hernández Contreras rigoberto.hdezcontreras@gmail.com
Durante el siglo XIX, la población rural vivió modificaciones drásticas a su vida debido a los proyectos de modernización agraria y de formación nacional, que excluyeron a las identidades campesinas, al sustraerles de sus formas de organización sociopolítica. A través de la enajenación de propiedades comunales, con el fin de crear pequeños propietarios capitalistas, se multiplicaron dinámicas contenciosas que no pueden ser comprendidas sin el concepto de región, por cuanto aquellas interacciones sociales que se establecieron entre distintos pueblos compartían como aglutinante identitario, por ejemplo, un santo patrón y respondían a necesidades diferenciadas en función a su contexto y su devenir histórico.
La tendencia económica de privatización de recursos naturales y desamortización de bienes corporativos desde mediados de siglo XIX (tierra, aguas, salinas y bosques) fue detonante de levantamientos campesinos, quienes se reconocían en desventaja jurídica frente a rancheros y hacendados. Sin embargo, además de tomar las armas, como el caso de la rebelión yaqui entre 1825 y 1907 (quienes cuando perdían una batalla, preferían el suicidio colectivo antes que someterse al ejército, y algunos de cuyos capturados fueron trasladados al sureste para trabajos forzados) o la rebelión de los mayas, conocida como guerra de castas, entre 1847 y 1901 (cuyo motivante fue la expansión de las haciendas henequeneras y azucareras agroexportadoras a costa de sus tierras, por lo que avanzaron en la región de Chan Santa Cruz, donde surgieron “cruces parlantes” en torno a las cuales se integraban las comunidades. Los mayas capturados eran traficados a Cuba y vendidos como mano de obra esclavizada).
La historia del siglo XIX no puede ser abordada separando lo regional de lo nacional. Por ejemplo, la guerra de invasión de Estados Unidos cimbró la vida de las localidades: los impuestos se incrementaron para sostener los esfuerzos defensivos, los campos de cultivo fueron devastados y los pueblos fueron saqueados por ambos ejércitos. Incluso, en algunas partes, el Gobierno puso a la venta tierras comunales para fortalecer al erario, suscitando connatos de violencia campesina en la Huasteca veracruzana, la Sierra Gorda, el Bajío, los Valles Centrales de Oaxaca y la península yucateca. Estas rebeliones, en algunos casos, movilizaron causas de reivindicación de autonomía federalista, como los campesinos que pactaron con Juan Álvarez en el sur, consiguiendo la creación del estado de Guerrero en 1849. También representaron la base social de apoyo de las causas políticas nacionales, como los campesinos morelenses e hidalguenses que respaldaron a los liberales contra Sant Anna.
Como lo explica Leticia Reina, mientras las Leyes de Indias habían garantizado relativa autonomía a las repúblicas de indios para el gobierno de sus comunidades, las leyes liberales eliminaron este elemento en aras de fortalecer al Estado nación, homologando toda la población. Desaparecieron los gobiernos indígenas, pero, al reconocer un margen para la autoorganización religioso-social, proveyó a los indígenas de oportunidades para crear gobiernos paralelos, apropiándose de instituciones que en principio les eran ajenas. Colonizaron instituciones occidentales como el municipio, la mayordomía y el sistema de cargos dentro del Estado republicano, imbricando lo religioso y lo político. El efecto paradójico del liberalismo decimonónico, en conclusión, fue que radicalizó las luchas y rebeliones indígenas, al tiempo que “reindianizó” a la población campesina, aumentando su participación por el autogobierno de sus comunidades en las distintas regiones del país.
Hay que considerar la importancia de la "economía" articulada en torno de las haciendas. Esas unidades incidieron mucho más que las políticas liberales en la capacidad de las poblaciones indígenas para gestionar sus "repúblicas" o "municipios". En la medida que las haciendas pudieron romper los limites que se les impusieron en el periodo colonial o, más tarde en el perído independiente, rompieron los equilibrios impuestos desde el estado central y tendieron a fortalecer los limites regionales, es decir, el alcance de su dominio sobre poblaciones y recursos.
EliminarSESIÓN 15
ResponderEliminarEquipo 8
Juan Carlos Morales Soto (jcms3008@gmail.com)
Jesús Octavio Ayala (co.resp30@gmail.com )
Lariza Gómez Genchi (larizagm@gmail.com )
¿Cuál es la importancia de las regiones en la historia de México en el siglo XIX?
Acercarse al estudio de este periodo a través del nivel de análisis de las regiones es un punto de partida para llegar a una mejor comprensión. Antes de determinar la importancia que han tenido las regiones en la historia de un país o de un Continente, o de un espacio circundante, tendríamos que definir lo que es una región. Aquí ya nos encontramos con un problema ya que como lo señala Claude Morin, “el concepto de región puede significar algo distinto para un economista que para un sociólogo o un geógrafo”. Así, una región, siguiendo a Eric Van Young, sería la espacialización de una relación económica. La sociedad mexicana resulta muy diferente en sus diferentes regiones dependiendo de la relación de sus mercados internos y/o externos. El estudio histórico de una región nos permite comprender la problemática de la construcción de un Estado-Nación. En la Constitución de 1824 encontramos que México era un Estado-Nación, pero en realidad México se dividía en “células, y las células en más células, cada una con su cacique haciendo e interpretando las leyes”. El estudio de pequeñas entidades, como Tlaxcala, nos permite analizar, desde una perspectiva regional y local lo que significó el difícil proceso de formación del Estado nacional a lo largo del siglo XIX, constituciones, órdenes y decretos, pronunciamientos, revoluciones e invasiones. Tlaxcala es un excelente ejemplo, por encontrarse en una ubicación geopolíticamente estratégica no solamente desde la perspectiva del Estado nacional, sino también desde la perspectiva poblana. En Tlaxcala encontramos subregiones o localidades en parte transfronterizas, no en lo político-administrativo, sino más bien en lo económico y social. Encontramos también una jerarquía de localidades y cabeceras municipales que cambiaría a lo largo del tiempo.
Otro ejemplo que nos expone Van Young es la desarticulación de una región en el siglo XIX es el caso de la producción henequenera en la península de Yucatán, al aprovechar mano de obra proveniente de otra región vio incrementadas sus ganancias. Finalmente, la región o hinterland de Guadalajara donde a través de sus niveles de análisis encontró que el consumo y el comercio se llevaba en un nivel intra-regional, a diferencia de la creencia que trataba de una economía regional.
Ni Tannenbaum, González o Katz descubrieron el agua tibia. Los largometrajes filmados antes de “allá en el rancho grande (1936)” son indicios de que previo a los charros, hubo otros actores que capturaron la atención del público. En el ámbito historiográfico David Bailey llamó revisionismo –término no propio del ambiente académico mexicano- la producción que a partir de 1970 tuvo como factor común el replanteamiento de las preguntas con que se abordaba el conflicto bélico y social desatado en 1910. El que se cuestionara el discurso oficial que describía un proceso revolucionario homogéneo, no se derivó de la introducción del término región en la historiografía, más bien se impuso como condición sine qua non en pos de dar cuenta de los procesos contenidos dentro de ese tópico.
Efectivamente, las regiones pueden definirse desde diferentes disciplinas y probablemente tengamos unidades espaciales diferentes según el criterio que se aplique. Desde luego aquí nos interesa establecer la dinámica regional considerando que esas unidades territoriales se vieron afectadas (o se ven afectadas) por los procesos nacionales o mundiales (como fue el caso de las rgiones con monocultivos de exportación o con producción minera). Un elemento que permite pensar las regiones son los centros regionales que articulan los territorios, pues desde ese punto podemos ver como se integran "sub-regiones" o se forman nuevas regiones. Desde luego que se trata de un punto de referencia pues el escenario regional implicó conflicto entre élites locales, que se aliaban o enfrentaban, y confilcto entre clases (como lo expresan las rebeliones campesinas). Así, creo que en la reconstrucción regional hay que considerar las estructuras productivas (reconociendo la importancias de los circutos comerciales) pero vistas en la dinámica de los grupos y conflictos sociales.
EliminarEquipo 6: Graciela Beauregard Solís, José Gustavo Vidargas Larrea , Heber Eduardo Ríos Aranda, Heilen María González Lópe, Hugo Salgado Argueta, Ignacio Zavala Contreras.
ResponderEliminar¿Cuál fue la incidencia de los movimientos sociales (rebeliones campesinas e indígenas) en la conformación regional decimonónica?
De acuerdo con John Tutino (2004), “a lo largo de los siglos coloniales hubo escasa violencia campesina en el México central, más allá de estallidos breves y localizados. Se desprenden de ello dos conclusiones: primero, la Conquista, la coerción y la desigualdad —incluso la crueldad— no bastan para explicar la rebeldía de los campesinos en México. La explotación de los campesinos por las élites es un rasgo constante y deplorable de la historia mexicana; las rebeliones campesinas han sido mucho menos constantes. Y segunda: la relativa estabilidad de la era colonial indica que la búsqueda de los orígenes históricos de las modernas rebeliones campesinas debería concentrarse más en el siglo XIX. Las décadas que van de 1810 a 1930 aparecen colmadas de violencia campesina, especialmente si se las compara con la era colonial” (p.94).
Por otra parte, el mismo autor menciona que durante el siglo XIX, se produjo un notable aumento en el nivel de violencia entre las élites y los campesinos mexicanos debido a que la mayoría de éstos sólo lograban seguir sobreviviendo. Y sobrevivían menos mediante el cultivo directo de sus parcelas familiares dentro de las comunidades, y más trabajando por un salario y comprando en los mercados locales. La estructura rural del México colonial permitió la progresiva comercialización de la vida campesina, sin cambios sociales abruptos. Los campesinos podían seguir residiendo en sus comunidades, sometidos a los notables tradicionales, mientras dependían cada vez más de la economía comercial de los españoles. Gracias a que amortiguó de esta manera el cambio, la estructura rural colonial sobrevivió hasta el siglo XIX. A pesar de las desigualdades obvias y en general crecientes, reveló una notable estabilidad, evidenciada por la escasez y brevedad de las explosiones violentas.
El último medio siglo de dominio colonial trajo un creciente aumento de la población, la comercialización y la dependencia de los campesinos respecto del trabajo en las haciendas, y las tensiones se acrecentaron. Tanto los pleitos ante los tribunales como los levantamientos locales se hicieron cada vez más frecuentes en el altiplano central. Pero incluso allí donde estalló la violencia, la mediación de los tribunales prevaleció en última instancia. La estructura de explotación simbiótica resultó capaz de absorber la proliferación de conflictos, evitando que se desarrollara ninguna impugnación franca de la estructura agraria colonial. Incluso cuando el padre Miguel Hidalgo y miles de rebeldes entraron en el altiplano central, en 1810, pidiendo independencia y reformas sociales, la estructura se mantuvo. La mayoría de los campesinos se quedaron en sus casas, mientras los notables publicaban notas en la prensa de la ciudad de México proclamando la lealtad de sus comunidades al régimen colonial. Las disputas en trámite entre haciendas y comunidades permanecieron en los tribunales. Todavía en 1810, la rebelión violenta tenía escaso atractivo para las comunidades campesinas del altiplano central de México.
Los levantamientos campesinos de fines de la década de 1860 fueron más amplios y sostenidos que los que los precedieron en el Altiplano central de México. Sin embargo, en comparación con las luchas que se iniciaron 1910, las del siglo XIX fueron breves y regionalmente aisladas.
Pero la expansión de la violencia campesina también se relacionaba directamente con sus cambiantes relaciones con la vida política nacional. Con los alzamientos de fines de la década de 1860, los campesinos del centro de México mostraron que tenían conciencia de los acontecimientos políticos nacionales.
La dinámica regional en el siglo XIX, en casi todas las regiones, estuvo marcada por el conflicto y la violencia. Uno de los ejes del conflicto fue la propiedad de la tierra pues la economía comercial agraria era inestable y la tendencia de la concentración de la tierra buscaba asegurar la posibilidad de pasar de momentos de producción para el mercado a periodos de producción interna por lo que la diversidad productiva que permitía la grandes extensiones hacían posible la sobreviviencia y predominancia de las éliltes. Así que no necesariamente la violencia fue producto de la expansión capitalista en la producción agraria, también lo fue la crisis de los circuitos comerciales. A su vez, las poblaciones campesinas encontraron condiciones para enfrentar a los hacendados (como el crecimiento de la población y/o el aumento de la importancia de la producción para el autoconsumo por la crisis del sistema colonial), además que la debilidad del estado central los obligó a enfrentar "militarmente" a las élites regionales y locales. Las diferents combinaciones de estos factores produjo rsultados diferentes según la región, sin embargo, el fortalecimiento del estado central con la llegada de Porfirio Díaz al poder y el impulso del capitalismo (apoyado en las hacendados) cambio la correlación de fuerzas reduciendo los confictos sociales a disputas locales y con desventaja de los campesinos hasta la la coyuntura revolucionaria de 1910.
EliminarEquipo #13
ResponderEliminar-María del Rosario Velázquez Armentia (rosariovelazquez072@gmail.com)
-Samantha Pérez Adame (samantha.p.adame@gmail.com)
-Sandra Luz Martínez Fausto (arte.luz.sl@gmail.com)
Wendy Ibarra Ramírez (ramirezwen173@gmail.com)
¿Cuál es la importancia de las regiones en la historia de México en el siglo XIX?
¿Cuál fue la incidencia de los movimientos sociales (rebeliones campesinas e indígenas) en la conformación regional decimonónica?
La compleja travesía histórica de México en el siglo XIX se vio moldeada de manera significativa por la participación activa y determinante de sus diversas regiones, desempeñando un papel crucial en la formación de la nación en este periodo crucial. Al explorar este fenómeno, destacan varios aspectos que subrayan la contribución fundamental de las regiones en la construcción de la identidad nacional y en la adaptación a las transformaciones económicas y políticas de la época.
En primer lugar, la diversidad geográfica y social de México, caracterizada por una amplia gama de paisajes que van desde imponentes montañas hasta extensas llanuras y pintorescas costas, fue un elemento definitorio. Cada región exhibía características únicas en términos de clima, recursos naturales y modos de vida, factores que influyeron de manera determinante en las dinámicas sociales y económicas particulares de cada área.
Este panorama diverso se entrelazó con el impacto diferenciado de las transformaciones económicas y políticas del siglo XIX. La enajenación de propiedades, la privatización de recursos naturales y los proyectos de modernización agraria no afectaron de manera uniforme a todo el territorio. La aplicación selectiva de estas políticas contribuyó a la formación de identidades regionales distintivas, marcando un proceso de cambio que tomaba en cuenta las particularidades locales.
Las respuestas a estos cambios se materializaron en movimientos sociales, destacando las rebeliones campesinas e indígenas, que surgieron como reacciones directas a las transformaciones experimentadas durante el siglo XIX. Estos levantamientos no solo representaron la resistencia de las comunidades locales ante la pérdida de tierras y recursos, sino que también fueron expresiones fundamentales de la identidad local y del deseo de preservar formas de vida tradicionales arraigadas en la diversidad regional.
La configuración regional decimonónica se forjó en medio de conflictos sociales, disputas por la tierra y tensiones entre distintos grupos sociales. La estructura agraria, las relaciones de poder y la dinámica social variaron considerablemente de una región a otra, generando un mosaico complejo que definió la realidad social del siglo XIX.
En cuanto a la identidad, las rebeliones campesinas e indígenas trascendieron la simple respuesta a problemas económicos y políticos, convirtiéndose en expresiones significativas de la identidad local. Estos movimientos contribuyeron a la construcción de una conciencia regional, al tiempo que influyeron en la formación de la identidad nacional al enfrentar eventos políticos a nivel nacional.
A lo largo del siglo XIX, una tensión constante marcó la relación entre la orientación hacia lo regional y la necesidad de consolidar un estado nacional. Las regiones desempeñaron un papel crucial en esta dinámica, siendo algunos territorios renuentes a ceder autonomía en favor de una administración centralizada. Esta tensión refleja la complejidad en la consolidación del Estado-Nación, donde las regiones y los sujetos que las conformaron en este sentido la población campesina fueron actores esenciales en la formación de la identidad regional, en la adaptación a los cambios económicos y políticos de la época.
Muy bien. Me parece que lograron captar la importancia de la regionalización y el papel de las rebeliones sociales, campesinas e indígenas para la dinámica regional. Visto desde esta perspectiva, resulta importante señalar que el reencausamiento de la regionalización hacia el fortalecimiento de un estado central y la formación de un mercado nacional fue a través de una rebelión armada y al mismo tiempo de un proceso de negociaciones entre las élites regionales y el estado central. En la medida que se fortaleció el estado central, este pudo aplicar leyes y medidas violentas para allanar las resistencias regionales. Al final del porfiriato la desestructuración regional, la modernización en las infraestructuras mercantiles, la enajenación de los bienes comunales y la expansión de los capitales extranjeros se combinaron para dar paso a la emergencia revolucionaria de 1910.
EliminarEquipo 9
ResponderEliminarJosé Leopoldo Lira López (leonlira88@gmail.com)
Luis Manuel Gamboa Sáenz (chaackik@gmail.com)
Manuel de Jesús Chanona Pascacio (chanonam9@gmail.com)
María Fernanda Villanueva Córdova (maria.villanueva.cordova@gmail.com)
1. ¿Cuál es la importancia de las regiones en la historia de México en el siglo XIX?
Menciona Eric Van Young en “Haciendo Historia regional. Consideraciones metodológicas y teóricas” que las regiones son como el amor: “son difíciles de describir pero las conocemos cuando las vemos “.
Para nosotros podría parecer relativamente fácil explicar qué es una región. Podríamos decir que es un lugar específico en donde podemos encontrar recursos naturales, flora, fauna, habitantes, religiones, usos y costumbres, economía y la lista podría continuar. En otras palabras, una región “es el área que estamos estudiando en este momento”.
¿Por qué entonces seguimos problematizando y reflexionando sobre qué entendemos por región?
Las regiones de México, son un constructo que permitió delimitar a los grupos sociales a través del tiempo. Estas fueron transformadas desde el momento de la conquista, utilizando como base las regiones paralingüísticas prehispánicas existentes. Es importante no generalizar porque cada una tiene elementos particulares, tales como: clima, tipo de suelo, cultura, vegetación, fauna endémica e introducida; entre otros.
2. ¿Cuál fue la incidencia de los movimientos sociales (rebeliones campesinas e indígenas) en la conformación regional decimonónica?
Es importante mencionar que toda la historia de México tiene como base un movimiento social indígena y estos son los pilares de nuestra identidad social e histórica. Una pequeña línea de tiempo demostrará la mención anterior. 1. Lucha por la Independencia (1810-1821) La Guerra de Independencia de México comenzó en 1810 con el Grito de Dolores 2. **Rebelión de los Campesinos y la Cuestión Agraria**: Durante todo el siglo XIX, México enfrentó numerosas rebeliones campesinas. 3. **La Reforma Liberal (1854-1876)**: Fue un periodo de grandes cambios políticos y sociales. 4. **Las Leyes de Reforma**: Parte fundamental de La Reforma, estas leyes buscaron reducir el poder de la Iglesia Católica y militarizar el país. 5. **La Revolución Mexicana (1910-1920)**: Las raíces de la Revolución Mexicana se encuentran en las desigualdades y tensiones del siglo XIX. 6. **Impacto Cultural y en la Identidad Nacional**: Las rebeliones indígenas y campesinas y las luchas sociales del siglo XIX influyeron profundamente en la cultura mexicana y la identidad nacional. 7. **Desigualdad y Resistencia Continua**: A lo largo del siglo XIX, las comunidades indígenas y campesinas continuaron resistiendo contra la desigualdad y la marginación, estableciendo las bases para futuras luchas sociales y políticas en México.
Los levantamientos de los campesinos, durante el siglo XIX y parte del siglo XX, también fueron para defender sus tierras, sus montes bosques y acceso a los recursos hidrológicos de los cuales eran dependientes y que con la modernidad y el proceso de privatización a partir de la entrada de las nuevas leyes sobre dichos recursos, los campesinos, lucharon contra de dichos mandatos y leyes que fueron implementadas en todo el territorio.
La respuesta es un tanto esquemática por lo que hay poco que comentar. El objetivo de las preguntas es para que ustedes reflexionaran sobre la relación entre la dinámica social (unidades sociales, grupos, conflictos) y la conformación del espacio regional. Partiendo de esa reflexión, luego habrá que enlazarla con los procesos nacionales.
EliminarRespuesta del Equipo 2 (Arturo Toribio Vásquez, Berenice Reyes Herrera, Carlos Alfredo Hernández Guillén, Carlos Arcos Vázquez)
ResponderEliminar¿Cuál es la importancia de las regiones en la historia de México en el siglo XIX? ¿Cuál fue la incidencia de los movimientos sociales (rebeliones campesinas e indígenas) en la conformación regional decimonónica?
La importancia de las regiones en México del siglo XIX, radica en romper con el Estado nacional que se formó para la defensa de México ante las invasiones de los países extranjeros, como lo fue los Estados Unidos de Norteamérica. La regionalidad forma estructuras de identidad y no nacional como sucedió. Pero el Estado nacional necesitaba la unificación de los mexicanos para la defensa de un país, ya que no se contaba con los recursos militares para que el Estado realizará dicha actividad de defensa frente a la amenaza del exterior; para el siglo XIX, no le daban la importancia que requería la formación de las regiones, por la amenaza del crecimiento económico y capitalista en el mundo, a la falta de recursos en el país se vio en la necesidad de acoplarse a las exigencias y demandas de explotación de mano de obra.
Este comportamiento nacionalista, afectó grandemente a las poblaciones campesinas e indígenas en el país, ya que los cambios generada por la economía de inversiones capitalista provocó que los naturales y campesinos perdieran sus tierras, recursos naturales, sobre todo el uso de la mano de obra en que fueron sometidos la población; por ello generó movimientos de resistencia y lucha social, como muestra de su inconformidad en que estaban siendo sometido a las demandas de los inversionistas capitalistas, apoyado por el gobierno de Porfirio Díaz. Este comportamiento económico que estaba experimentando México no era privativo, en América Latina pasaba por el mismo proceso. La llegada masiva de los países industrializados de Europa necesitaba poner en marcha la maquinaria para generar recursos económicos que le permitiera acumular la mayor cantidad de riqueza, la carrera fue desproporcionada entre los europeos y estadounidenses sobre América.
Las rebeliones campesinas e indígenas son acciones de repudio frente a las amenazas de los malos tratos y trabajos excesivos que se dieron en las agroindustrias ya sea en las haciendas agrícolas y ganaderas de México o las fincas agrícolas del sur de México. Por lo tanto se notaron las rebeliones en las fincas cafetaleras en Chiapas, rebeliones en las monterías de la misma entidad, o en su caso en las plantaciones de la caña de azúcar y henequén en Yucatán, ejemplos que expusieron los historiadores como Jan de Vos (1988), Friedrich Katz (1980) Antonio García de León (1985), (2017); Armando Bartra (2015), John Kenneth Turner (1994), entre muchos otros que han registrado en las diversas bibliografías que se encuentran para dar cuenta de las rebeliones campesinas e indígenas en el siglo XIX. Acciones que se dieron para defender su territorio y recursos naturales.
Las rebeliones regionales del siglo XIX, desembocó a principios del siglo XX con la revolución mexicana.
La respuesta es adecuada considerando el proceso general, y considerando que el desarrollo capitalista exigía crear áreas para la extracción de materias primas. Por lo que los países recién independizados de América latina estuvieron expuestas a la presión del colonialismo capitalista europeo. También habrá que tomar en cuenta que la existencia de las regiones implica diferentes formas de relaciones entre los grupos. Tiene que ver con las condiciones para la producción agro-ganadera o si la producción central es la minería, etecétera. También afecta la densidad de población indígena y la dinámica de la conquista y colonización.
EliminarEquipo # 3
ResponderEliminarDaniela Anahí Ramírez Reyes
Cesar Tinajero Godoy
Cutberto Ibañez Herrada
¿Cuál es la importancia de las regiones en la historia de México en el siglo XIX?
La Historia de México es un claro ejemplo de las diversas regiones caracterizadas con diferentes culturas, esto permite al historiador conocer el surgimiento y transformación de los espacios territoriales, así como lo económico, social y político que se van desarrollando por media o larga duración de cada lugar.
Una característica central de esa regionalización en el último tercio del siglo XIX fue el desarrollo de la hacienda, según Eusebio Garcia Gonzalez en su libro; ¨La Hacienda en México¨ una hacienda es considerada:
Una gran propiedad, ¨Latifundio¨, explotación de economía cerrada o semicerrada o dirigida al mercado local, regional o nacional…(Garcia Gonzalez, Eusebio)
Desde esta perspectiva, la importancia que tuvo la hacienda a nivel regional y nacional fue muy importante, ya que está impulsó el desarrollo económico del país, cabe aclarar que la hacienda se fortaleció por el descenso notable de la producción de plata, una contracción en el comercio exterior y la disminución de la población indigena.
¿Cuál fue la incidencia de los movimientos sociales (rebeliones campesinas e indígenas) en la conformación regional decimonónica?
Los movimientos sociales son motivados por sus protagonistas para buscar un cambio a beneficio de un grupo de personas; esto ayuda a la creación de nuevas ciudades basadas en igualdad, valores, principios, tradiciones y creencias.
La movilización campesina ha estado latente en nuestro país, sus síntomas más evidentes son las marchas organizadas sobre la ciudad de México, que han sido reprimidas por las fuerzas militares, así como la ocupación de las tierras de los latifundios legalmente disimulados.
La hacienda tuvo un lugar importante en la conformación de las regiones pues fue eje sobre el que los mercados y relaciones de poder locales se definieron, de tal forma que promovieron la conformación y permenencia de espacios regionales. La predominancia de las haciendas se complemento o enfrento, la producción local artesanal y manufactuera según su tamaño, productos y mercados. Por lo que en algunas regiones los "pueblos" representaban un limite o resistencia al dominio de los hacendados (también implico competencia entre "pueblos") y desde luego, las comunidades indígenas de las que buscaron obtener nuevas tierras, recursos naturales y mano de obra, que resultaba escasa en casi todos las regiones (en unas más que en otras). Las élites regionales eran conscientes de lo limitado que representaba el poder que se derivaba de las condiciones regionales por lo que buscaron establecer bloques regionales (a veces interclasista) que dominaran el gobierno central y favoreciera sus intereses particulares. Por lo que los conflictosentre los bandos ideologicos en la disputa nacionalhabrá que agregar los intereses de carácter regional que se sumaron a las confrontaciones internas.
EliminarALMA JATZIRI PINEDA VELÁZQUEZ
ResponderEliminar¿Cuál es la importancia de las regiones en la historia de México en el siglo XIX?
Para poder comprender los procesos fundacionales del México decimonónico, debemos seccionar por regiones cada proceso o acontecimiento. Ya que, si bien en dichos procesos están implicados varios estados que a su vez comparten características, en su configuración política son diversas. Recordemos que en dicho siglo se van a generar movimientos armados que va a preceder a los del Siglo XX, La revolución Mexicana.
¿Cuál fue la incidencia de los movimientos sociales (rebeliones campesinas e indígenas) en la conformación regional decimonónica?
Al ser un siglo posindependencia y determinante en la configuración política de todo el país, de las regiones y de cada Estado. Vamos a comprender a las estructuras o instituciones dominantes como las Haciendas, que fueron causales de muchas desigualdades y razón de movimientos sociales armados en distintos puntos del país que gestaron posteriormente huelgas obreras en el siglo XX.
Su respuesta es muy escueta. Cierto que hay que considerar las circunstancias y dinámicas regionales, porque las regiones son producto de la geografía y de las dinámicas históricas. pero no es suficiente para explicar cuál fue el impacto de las regiones en la conformación del estado nacional, tanto como obstáculo a la vez como patrocinadores en la creación del estado nacional.
EliminarEQUIPO 10 (Mariana Alzaga Fernández; Ma. Teresa Vega Morales; Maricarmen Pérez Mendoza
ResponderEliminarMaricruz Piza López; Mario Alberto Serrano Avelar; Martha Elena Alfaro Castro; Martha Monzón Flores )
Pregunta 1:
El siglo XIX registra notable crecimiento poblacional lo que da lugar a formar macro regiones que generan una economía local y una especialización en el trabajo
La minería decae en ese siglo y muchas regiones se ruralizan y se dedican a lo agro pecuario
Lo anterior da lugar al crecimiento de elites locales que de acuerdo a su éxito comercial fortalecen regiones determinadas
La división geográfica se va definiendo por la geografía (ríos, montañas) por conflictos armados o por las legislaciones vigentes.
La respuesta es insuficiente pues se trata de hacer una reflexión a partir de la definición de región y de su dinámica histórica.
EliminarEl factor regional, como categoría explicativa para el entendimiento de la historia mexicana decimonónica, finca su relevancia en elementos que son integradores y contradictorios. El primero de ellos tiene que ver con la emergencia del Estado-nación de un joven país que apenas comenzaba su experiencia independiente a la luz de numerosas contrariedades políticas, económicas y territoriales que no cesaron en el avance de este convulso siglo XIX. El problema así planteado comporta el hecho de que en la construcción del Estado mexicano incidieron una serie de lógicas regionales que —de acuerdo a sus circunstancias de alta jerarquía, de conciencia nacional o de aversión a la República— en poco o nada se identificaron con los proyectos de nación en turno.
ResponderEliminarEn el desarrollo de tales tensiones, las dinámicas regionales constituidas por fuerzas políticas, económicas o sociales también participaron a su modo en la formación del Estado mexicano, y el ejemplo más visible de esto se observa en las resistencias regionales presentadas hacia el primer federalismo o bien, en la constitución de nuevas demarcaciones político-territoriales en donde se enfrentaron varios intereses situados local y regionalmente. Un ejemplo de ello se observa en la formación del estado de Morelos, situación que colocó en la arena política el interés separatista de caciques y diputados del sur del estado de México contra los deseos de una vieja élite azucarera regional que prefería mantenerse en la administración mexiquense por tener ya construidos sus lazos políticos en esa entidad, acaso la más poderosa región política de México que en 1869 redujo su cobertura territorial por efectos de dicha conformación estatal.
En el sentido de lo anterior, cabe señalar que las tensiones políticas y sociales de escala subnacional (movimientos, revoluciones, revueltas, etc.) revisten diversas coyunturas que contradijeron el discurso del centro nacional y el del Estado, ello amparado por identidades regionales que se fueron construyendo y replanteando de acuerdo a experiencias espacialmente situadas que al mismo tiempo fueron fortaleciendo diferentes dinámicas regionales y locales en detrimento de otras. Por lo anterior, no es excesivo apuntar que la historia mexicana del siglo XIX se puede etiquetar como una historia regional y también como una primera historia contemporánea de las asimetrías socioespaciales de México que desembocó en la coyuntura revolucionaria del siguiente siglo.
Su respuesta es correcta, tal vez sólo falte explicar un poco más el papel de las luchas sociales al interior de las regiones, que en algunos casos se convirtió en parte de las luchas nacionales cuando las rebeliones campesinas sobrepasaron el ámbito local en el que surgieron y cuando establecieron planes con proyectos nacionales propios. La historia regional y nacional del siglo XIX estuvieron marcados pr esos movimientos sociales que generalmente se considerar como fuera de la definición de las estructuras sociopolíticas globales.
EliminarEquipo 1
ResponderEliminarEl siglo XIX fue una época de gran inestabilidad política en México, imperado por constantes guerras civiles, revueltas y golpes de Estado. En este contexto, las regiones de lo que hoy es México tuvieron una importancia fundamental en la historia del país, ayudando a comprender el complicado proceso de construcción del Estado-nación mexicano, en el cual desempeñaron un papel importante. Por un lado, proporcionaron un marco de referencia para la organización política del país; por otro lado, fueron el escenario de los conflictos políticos y sociales.
Es importante tener en cuenta que las regiones no son entidades uniformes; tienen dinámicas internas, subregiones, jerarquías de localidades, etc., que cambian con el tiempo. Analizar esto permite entender mejor los procesos históricos. Por ejemplo, la región del norte de México era muy diferente de la región del centro o del sur. El norte era una región fronteriza, con una economía basada en la ganadería y la minería. El centro era una región agrícola, con una población más densa. El sur era una región con una fuerte tradición indígena.
Asimismo, factores como la ubicación geopolítica, los recursos, las redes comerciales, etc., moldean el desarrollo de las regiones y su relación con el Estado-nación. Por ejemplo, la región del sur de México, con su clima cálido y húmedo, era una región ideal para el cultivo de la caña de azúcar. Esto llevó al desarrollo de una economía azucarera en la región, que a su vez tuvo un impacto en las relaciones entre la región y el Estado-nación. Las regiones a menudo tienen relaciones complejas entre sí y con centros de poder externos. Por ejemplo, la región de Yucatán tenía una fuerte identidad cultural y política propia, lo que llevó a conflictos con el gobierno central en la Ciudad de México.
A nivel local, las instituciones como los ayuntamientos y su evolución reflejan la tensión entre las tradiciones locales, el antiguo régimen colonial y los esfuerzos modernizadores del Estado-nación. Por ejemplo, en la región del centro de México, los ayuntamientos coloniales fueron reacondicionados para funcionar en el contexto de la República.
Los movimientos sociales, especialmente las rebeliones campesinas e indígenas, tuvieron una incidencia significativa en la conformación regional del siglo XIX en México, reflejando las desigualdades sociales y económicas existentes. Estas rebeliones buscaban defender los derechos de los campesinos e indígenas, que eran frecuentemente marginados y explotados por las élites locales y nacionales. Tuvieron un impacto significativo en la política regional, generando un sentimiento de solidaridad entre los campesinos e indígenas de una misma región.
Algunos ejemplos concretos de la incidencia de las rebeliones campesinas e indígenas en la conformación regional decimonónica son la Guerra de Castas en Yucatán (1847-1901), la rebelión de los Yaquis en Sonora (1825-1920) y la rebelión de los serranos en Guerrero (1842-1846).
En conclusión, las regiones y los movimientos sociales desempeñaron un papel fundamental en la historia de México en el siglo XIX. Las regiones proporcionaron un marco de referencia para la organización política del país, y los movimientos sociales, especialmente las rebeliones campesinas e indígenas, fueron un reflejo de las desigualdades sociales y económicas que existían en las regiones, con un impacto significativo en la política y la identidad regional. Sin embargo, las razones estructurales de dichas desigualdades hasta la actualidad siguen presentes y no se han erradicado del todo.
En la elaboración de este documento participaron:
Beatriz Adriana Lazcano Sánchez adrianalazcano1911@gmail.com
Aideé Tapia Chávez aideetapiach@gmail.com
Alejandra Gutiérrez Moreno alegutierrezmoreno@gmail.com
Alejandro Sevilla Galvan alejandrosevilla.hist.tv@gmail.com
Alicia Muñoz Vega munozalicia480@gmail.com
Ana Claudia Islas Román cliovirtual@gmail.com
La respuesta es correcta pues articula los diferentes aspectos que concurren en la dinámica regional-nacional. A partir de esta reflexión se puede pensar las historias regionales en su doble dimensión, hacia lo local y al mismo tiempo hacia lo globlal.
EliminarLa respuesta es correcta pues articula los diferentes aspectos que concurren en la dinámica regional-nacional. A partir de esta reflexión se puede pensar las historias regionales en su doble dimensión, hacia lo local y al mismo tiempo hacia lo globlal.
ResponderEliminar